Hay momentos en la vida en que, para subir, es preciso descender y
entrar en crisis. Y para seguir siendo el mismo hay que saber cambiar.
Sin embargo, si comprendemos que la crisis es el nicho generoso en que se prepara un mañana mejor, la penumbra que antecede a la salida del sol, y sabemos quedarnos firmes, aceptando el desafío y esperando contra toda esperanza, entonces tendremos la oportunidad de madurar y dar un salto hacia dentro de un horizonte más rico en vida humana y divina. Por lo general, la superación de la crisis no se logra mediante el activismo y la excitación exterior, sino mediante la reflexión y la meditación seria, donde las fuerzas se aúnan para una decisión y una purificación liberadora. Entonces nada es obstáculo para la andadura, sino que todo puede transformarse en escalón para
seguir ascendiendo, recordando las sabias palabras de Platón, evocadas en los años treinta en Alemania, en tiempos de crisis e incertidumbre, "todas las cosas grandes acontecen en la crisis". Depede de nosotros en reflejar la crisis como oportunidad de crecimiento, personal, de esperanza que invitE a reflexionar sobre la realidad del ser humano en todas sus dimensiones: relacional, profesional, económica, y espiritual. Ten la mente despierta a todas las oportunidades que la crisis conlleva, las crisis contribuyen a hacer al ser humano más digno, más realizado y por tanto, más feliz.
Celso
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